Ciudades bajo el suelo. Hoteles, Tiendas, Cines, Oficinas... cada vez se hace más vida bajo tierra.
La vida se abre paso en el subsuelo.
Siguiendo una tendencia mundial, las ciudades españolas están creciendo bajo el asfalto. Metro, autopistas, redes de servicios, galerías comerciales... Un mundo de oportunidades con grandes beneficios económicos y sociales.
Por las calles superiores no circularán vehículos ni objetos similares, sino serán para el uso exclusivo de los caballeros. Los carros y las cargas deberán utilizar las calles inferiores. Los retretes, establos y otras materias fétidas también deberán vaciarse subterráneamente. De esta forma, ya en el Renacimiento, Leonardo Da Vinci esbozó la urbe ideal, que debía estructurarse en dos niveles: la superficie, para los peatones, y el subsuelo, para los vehiculos y servicios. Cinco siglos después, las ideas del visionario italiano están más vigentes que nunca.
Visto históricamente como un lugar de protección o almacenamiento, los responsables y urbanistas de las grandes ciudades del mundo están dando aires renovados a la colonización del subsuelo. Ven en este entorno, a priori inhóspito, una plataforma ideal para continuar con el imparable crecimiento de las urbes sin mermar su nivel de vida o, incluso, mejorándolo.
"Es una tendencia imparable", sentencia el director general de la patronal cementera Oficemen, Aniceto Zaragoza. Los datos así lo avalan: el número de ciudades con grandes infraestructuras subterráneas se ha cuadriplicado en tres décadas, superando el centenar, y en diez años se construirán 5,750 kilómetros de túneles en el mundo, medio millar en España.